El capitalismo, hoy, muestra su cara más perversa con un sistema neoliberal que decide quién vive y quién no, en medio de una crisis sanitaria mundial agudizada por el brote de COVID-19. La decisión mercantilista de sentenciar a muerte y privar de sus derechos humanos a personas de la tercera edad, viene a confirmar la urgencia y la necesidad real de decir basta a la violencia y la opresión de un modelo civilizatorio que destruye la vida y ha provocado una crisis planetaria, por su hambre de riquezas.
Bajo el paraguas del capitalismo, intentan hacernos creer que el coronavirus es la causa del problema que, hoy, padecemos en el mundo, cuando está claro que lo que hay detrás de esta crisis es una variante del patrón neoliberal y su flujo de destrucción.
Es lamentable ver cómo, frente a las alarmantes cifras de esta pandemia, algunos países prefieren priorizar el dinero por encima de la vida. ¡No les importa la existencia de la gente que no puede pagar la salud, tampoco les interesa cortar las cadenas de transmisión del virus! Es la expresión de un sistema capitalista de muerte que ha ocupado todos los espacios.
En medio de este escenario y con un cerco imperial asfixiante, la República Bolivariana de Venezuela debe maniobrar para proteger la salud y la vida del pueblo, tras la confirmación de los primeros casos de la COVID-19. Es un esfuerzo extraordinario, sin precedentes, ¡y vaya que hemos vivido dificultades!
El Gobierno de los Estados Unidos de América insiste en mantener medidas que ya no solo atentan contra el pueblo de Venezuela, sino contra toda la humanidad. Es injusto, inhumano e inadmisible que el Gobierno de EE. UU. mantenga medidas coercitivas unilaterales, como
acción de guerra, para presionar a otros Gobiernos a someterse a sus intereses imperiales, mediante el sufrimiento inducido de los pueblos.
Las «sanciones» son un crimen de lesa humanidad, que viola, de manera flagrante, el derecho internacional. Venezuela cuenta con profesionales, altamente calificados, que estamos comprometidos y trabajamos con mística para enfrentar la COVID-19. Lamentablemente, EE. UU. mantiene medidas ilegales que hacen más difícil nuestro trabajo de investigación científica para atender al pueblo venezolano.
Nuestro país tiene investigadores, de reconocida experiencia nacional e internacional, con una capacidad importante de indagación e innovación científica en inmunología, virología, epidemiología, tratamiento de infecciones; que se ha visto afectada por la falta de una serie de reactivos y otros insumos, cuya adquisición ha sido imposible a consecuencia de las medidas coercitivas impuestas por la administración de Trump a nuestro país, y su persecución incesante contra el pueblo venezolano.
Si EE. UU. levantara, hoy, el criminal bloqueo contra Venezuela, tendríamos mayores oportunidades y mejores condiciones para atender a la población, así como para estudiar el comportamiento del virus en nuestro país, y evitar un mayor esparcimiento de la pandemia.
Las «sanciones» de por sí provocan sufrimiento a los pueblos; pero, en una crisis global como la que vivimos, pudieran ser letales, al estar restringida la importación de medicinas, equipos e insumos médicos, alimentos.
Considerando lo expuesto y en virtud de la cuarentena social, total y voluntaria, que ha asumido responsablemente el pueblo junto al Gobierno en todo el territorio nacional, como medida de prevención y contención del coronavirus, exigimos, de manera decisiva y determinante, a EE. UU. que levante las medidas coercitivas contra Venezuela, y pare la violación de los derechos fundamentales de los pueblos, y del derecho internacional en general.
Asimismo, expresamos nuestro rotundo respaldo a las medidas de prevención, atención y control del coronavirus, establecidas por el Gobierno Bolivariano —liderado por el presidente legítimo de la República, Nicolás Maduro Moros—, por tener un sustento científico y un soporte en tecnologías apropiadas y apropiables localmente; además, por contar con el apoyo de especialistas, centros de investigación y de salud del país, así como con la colaboración de otros países hermanos.
Valoramos, especialmente, la conciencia humanista del Gobierno nacional demostrada frente a la crisis, al asumir que primero que la riqueza están la vida y la responsabilidad de proteger a la gente con un sistema público de salud colectiva.
Reiteramos nuestra disposición a continuar en la búsqueda de conocimientos para el bienestar de los pueblos, así como para avanzar en la construcción de un nuevo modelo civilizatorio más justo y más humano para la liberación definitiva de los pueblos del esquema del capitalismo neoliberal.
Polo Científico Público de Venezuela
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